DESCONTROL E INEXPERIENCIA POLÍTICA
En este sentido, es llamativo el candor que supone el descontrol y la evidente falta de experiencia que demostró el Gobierno y sus fuerzas políticas leales en dicha comisión.
El llanto de Camila, la voz quebrada y la mirada perdida de la subsecretaria Valentina Quiroga signan no tanto la incapacidad de llevar a cabo adecuadamente las reformas, o la constante de despreciar hasta el menoscabo a fuerzas que, dentro del sentido común, debieran ser aliadas de dichos cambios (profesores y estudiantes), más que de eso, habla de la incapacidad emocional del Gobierno de tolerar las frustraciones, de escuchar a otros integrando sus opiniones y así superar –e incluso prevenir- un revés sin perder la cabeza ni la cara de póker.
Extraños resultan pues estos arrebatos, sobre todo viniendo de una ex dirigente estudiantil, que en su condición de tal, debiera estar acostumbrada a no ganar nunca.
Culpar del rechazo a las disputas internas y las pequeñeces, como ha hecho Vallejo, representa en última instancia la negación de la política, para enarbolar la bandera de los principismos
Es curioso como el argumento desde el Gobierno es justamente el contrario, pero la evidencia demuestra que los inflexibles, han sido ellos.
La revancha de Yasna
Sorpresa causó entre los menos advertidos la abstención de votar la iniciativa de parte de Yasna Provoste, quien repitió hasta el hartazgo y ante cada micrófono que tuvo en frente que el proyecto “es un mal proyecto”.
¿Nadie del Gobierno escuchó las declaraciones de quien fuera la ministra de Educación del primer periodo de la presidenta? ¿Tan cortadas quedaron las relaciones? Yasna Provoste habló claro. En ese sentido, no cabe asombrarse por sus actos
¿Es eso mezquindad y privilegio de las disputas internas?
La tristeza de palacio
Un apenado fantasma recorría los solitarios pasillos de La Moneda la noche del miércoles, esa tarde los voceros hablaron bajito, como previendo el desastre que se consumaba en Valparaíso.
Luego del fracaso las gestiones fueron veloces e intensas. Hubo que ceder en lo de las horas no lectivas, condición establecida (también hace semanas) por los diputados PPD -Cristina Girardi y Rodrigo González- para obtener la certeza de que el proyecto será votado favorablemente en sala. Con Yasna no hubo ánimo de acercar posiciones, ella dijo que se debía a los profesores de su zona y eso es casi como decir que para bajar el paro hay que escuchar a las bases.
En ese sentido, la garantía democratacristiana la dio el cuestionado presidente de la falange, quien se apuró en afirmar que el gobierno contaba con los votos de los diputados de su partido.
¿De qué valen los pucheros?
Los rostros desencajados que se vieron luego del rechazo de la idea de legislar dan cuenta de una nueva derrota del bacheletismo ante lo que se suponía son sus propias fuerzas políticas.
Varias cosas quedan en limpio: el fracaso de la política de lealtad sin argumentos implementada por el Gobierno que sólo tuvo eco en un disciplinado partido comunista, que se empeñó, tercamente, en promover un proyecto que no recogía las inquietudes de un gremio que en teoría dirige, poniendo en aprietos y exponiendo al desprestigio a uno de sus cuadros más destacados, que hoy aparece de capa caída y solitario en la testera del gremio de maestros.
Queda también en evidencia que el proyecto político de participación –puertas y oídos abiertos- nació muerto debido a la incapacidad del Bacheletismo de asumir las consecuencias efectivas de abrir dichas puertas y lavarse las orejas.
También es público y notorio que acá mandan los partidos y no el Gobierno. En este sentido, cabe preguntarse si acaso él veloz protocolo de acuerdo de la Nueva Mayoría con la UDI y Renovación Nacional no habrá estado de antemano en la mente de los siempre turbios PPD.
Mientras tanto, la otra derecha toma palco y se aprieta la guata de la risa.
Elías Hiennam
Periodista
Para Radio Aukan y Medios Alternativos y libres... Santiago julio 2015
